¡Qué arranque el paseíllo!

Ahora me toca a mi echar la pata para adelante y contaros como surgió este apasionante proyecto.
Pues bien, detrás de esta carismática marca esta una joven aficionada al mundo del toro y del caballo, que desde pequeña cogía el capote para además de dar un lance, ponerselo de falda o de vestido.
La afición me viene por mi abuelo y mi padre que desde chica me han llevado a los toros ... gracias a ellos hoy me siento orgullosa de ser lo que soy, como persona y como taurina.
Desde niña me ha llamado la atención la belleza y el brillo de los trajes de luces... es decir, el duende que tienen los vestidos de torear, que se van transformando a lo largo de una corrida de toros.
¡No podía evitar admirar la idiosincracia de esa segunda piel!
Por todo esto y por marcarme un reto personal y profesional en plena pandemia, decidí crear Un Alamar para mi Vestido.
Una firma que va más allá del simple hecho de sentirse taurin@, este proyecto es familia, amigos... pero sobre todo un sueño que desde pequeña bordaba en mi cabeza y que a día de hoy esta tomando forma y es gracias a todas las personas que han confiado en mi y que día a día apoyan mi trabajo.